Liderazgo
- ARTURO ALEXIS MARTINEZ MARTINEZ
- 18 feb 2024
- 2 Min. de lectura
Para muchos el ser líder es una labor complicada ya que implica no solo ser el responsable de un equipo de trabajo o una organización si no buscar distintas estrategias que desarrollen a su personal que tienen a su cargo y gestionar el talento, pero en muchos casos se difiere de esta virtud y deciden declinar por la opcion mas facil, ser un jefe que se dedica a seguir objetivos fríamente viendo como números a sus colaboradores y no como parte de su proceso.
Para poder explicar la parte simbióntica Jefe-colaborador debemos citar la famosa teoría X y Y DE Douglas McGregor donde explica cómo el trabajador decide vincularse y realizar sus actividades
En la teoría X el colaborador no le gusta trabajar y es perezoso y buscan evitar el esfuerzo, por lo que se requiere de una supervisión constante y por ende un jefe que esté supervisando constante a sus colaboradores.
En la teoría Y es lo contrario el colaborador le gusta su trabajo y busca la mejor manera de hacerlo sin necesidad de ser supervisados volviéndose autogestionables en búsqueda de reconocimiento o recompensas de sus jefes.
Por eso dentro del juicio crítico debemos vincular de manera constante el estilo del colaborador y el estilo del líder como suma de factores para poder pronosticar el fracaso de la integración social y profesional de la relación laboral, que no obstante tampoco condiciona el actuar ético de los líderes, pero si es necesario mencionar esta interacción.
Ahora centrémonos en el líder y las necesidades actuales sobre su actuar ya que también contamos con diferentes estilos y escenarios que conducen a la toma de decisiones. Hay que estar de acuerdo que las épocas han cambiado y las nuevas generaciones de Millennials y centennials nos obligan a cambiar de estrategias y la forma de motivar, pero también cambiarnos el chip, hoy el líder debe de tener flexibilidad y adaptación.
Yo considero que aún estamos lejos de estar en el nivel óptimo de eficiencia en los líderes ya que predomina la vieja escuela y seguimos con muchos jefes que evitan ser profundos con sus colaboradores.
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